Portada 3

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jueves, 29 de junio de 2017

Florentino Pérez, la soledad del único candidato


Hace casi un mes que el Real Madrid ganó la 12ª Copa de Europa. Lo cierto es que la temporada 2016-17 ha sido histórica, cosa de la que todos los madridistas nos alegramos y festejamos, como debe ser. En lo deportivo las cosas van bien y, aunque nunca se sabe, tiene pinta de seguir siendo así. Tenemos jugadores veteranos -Sergio Ramos, Marcelo, Modric- en un excelente estado de forma y gente joven que promete, como es el caso de Asensio, el chico confirma este punto en cuanto se le presenta la ocasión. Además seguimos contando con Zidane, leyenda madridista, en el banquillo. Todo esto, en parte, es mérito del presidente, hay que reconocerlo.

Pero en el aspecto institucional el Madrid no va bien, ni mucho menos. Los socios, verdaderos dueños del club como dice nuestro presidente, cada vez pintamos menos dentro de la vida del Madrid. Buena muestra de ello es que
el proceso de elecciones a la presidencia, que se deberían haber celebrado estos días, ha pasado de puntillas ante buena parte de la masa social. Es probable que ante los éxitos deportivos algún posible candidato haya declinado la posibilidad de presentarse a los comicios, pero no es menos cierto que el cambio de los estatutos sociales del club llevado a cabo por el Sr. Pérez ha cerrado tanto el círculo que casi exclusivamente se puede presentar sólo él como candidato.

Y esto fue posible porque
la Asamblea de Socios Compromisarios, único órgano que puede cambiar los estatutos del club y poner en aprietos al presidente, sigue regida por unas normas propias del siglo XIX, a saber: proceso de elección de compromisarios exclusivamente por millares según la numeración del carnet de socio; el candidato a compromisario no puede dirigirse directa o indirectamente a su electorado porque según el club esto supondría una violación de la Ley de Protección de Datos (!) y el sistema elegido para la votación por correo para estas elecciones a compromisario obligaba a una identificación notarial lo que suponía un desembolso de unos 100€ por parte del votante.

                                                       


Por si esto fuera poco, en dichas asambleas el voto es a mano alzada. Es decir, el mejor club de fútbol del mundo y con un presupuesto económico de los más elevados, no se puede permitir el gasto que supone un sistema de votación electrónico secreto de los puntos del orden del día. Así, no es de extrañar que todas las propuestas del presidente se aprueben con un porcentaje cercano al 100% de los votos. Curiosamente, después de las últimas elecciones a compromisario celebradas en la primavera de 2016, los socios más críticos con la gestión del sr Pérez no salieron elegidos. Ninguno de ellos.

Y en lo referente a la vida social del Madrid, podemos decir que tenemos una de las mejores ciudades deportivas del mundo, pero también una de las más frías. Pasando al Bernabéu, este verano 2.000 socios se verán desplazados de sus abonos porque la Junta Directiva ha decidido trasladar al grupo de animadores del Tercer Anfiteatro a la Grada Baja del Fondo Sur, sin derecho a réplica por los afectados. Continuamos, los abonados del Lateral Este del 1º, 2º y 3er Anfiteatro son los únicos de todo el Bernabéu que ven cómo el precio de su abono se incrementa año a año para igualarlos con los del Lateral Oeste bajo la premisa de que las prestaciones son iguales en ambas ubicaciones, cuando ni de lejos es así. Cualquier queja en este sentido ha sido ignorada por el club. En el Bernabéu, en día de partido,
cualquier signo de protesta o de crítica hacia el presidente en forma de pancarta es retirada inmediatamente por el servicio de seguridad privada del club, como pasó con la famosa pancarta del dedo y el camino. Para terminar con este punto, parece que vamos a reformar nuestra casa, el estadio Santiago Bernabéu, por decisión unilateral del señor Pérez y su Junta Directiva, lo que va a implicar un módico desembolso de 400 millones de euros, sin que a los socios, ni siquiera a los compromisarios, se les haya explicado cómo y de dónde va a salir el dinero. Tampoco se ha aclarado qué consecuencias puede tener este gasto en la economía del club, en su patrimonio y en su denominación histórica.

Todo lo anteriormente expuesto parece no importar a buena parte de la masa social del Real Madrid, verdaderos dueños del club según su presidente.
Mientras la bendita pelota entre en la portería contraria todo va bien, y uno se pregunta qué tendrá que ver una cosa con la otra, lo institucional y lo deportivo. Con la proclamación como único candidato a la presidencia del señor Pérez se da la paradoja de que cuenta en su haber con más Copas de Europa, cuatro, que votos emitidos libre y democráticamente a su favor, cero. Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. ¡Vivan las cadenas!







sábado, 3 de junio de 2017

Real Madrid-Juve, la gran final


Puede ser que nos hayamos acostumbrado a estar en las finales de la Copa de Europa, porque la emoción no es la misma que en 1998, como tampoco lo fue en 2000, en 2002, 2014 o 2016, cada una de ellas ha tenido sus propias circunstancias y diferentes niveles de tensión sentimental. Es posible que el continuo desprecio de los clubes y UEFA profesan hacia sus socios, abonados y aficionados hagan mella en el subconsciente de todos nosotros.

La UEFA otorga el partido de la temporada a una ciudad que
no es que no lo merezca, pero carece de las infraestructuras necesarias para absorber el tráfico aéreo que genera un acontecimiento de esta envergadura. Como alternativa se ofrecen los aeropuertos de Bristol o del mismo Londres pero necesitan de un desplazamiento extra en autobús de un par de horas. Cardiff no tiene el suficiente número de plazas hoteleras para albergar si no a todos los los aficionados, al menos a gran parte de ellos. Para pasar la noche, ya que los escasos hoteles de la capital galesa están ocupados, se han habilitado tiendas de campaña al módico precio de 90€ (!), todo sea por la comodidad y el bolsillo del aficionado.

                                                       


A pesar de todas estas razones, este bloguero lleva días experimentando una inexplicable desazón, se levanta de la cama con antiguas canciones que remiten a tiempos pasados, de grada de pie pegada a la cancha, de cuando el frescor del césped llegaba para aliviar el calor de la pasión. Y es que por mucho que quieran vestirlo de negocio, el fútbol sigue siendo de la gente, de aquellos que se sacrifican temporada tras temporada sentimental y económicamente por el equipo que llevan en el alma. Otra cosa es que estemos dejando que nos lo roben en la cara, pero ese es otro tema. El fútbol, decíamos, es de lo socios, de los abonados, del aficionado en general, no de los enchufados, amiguetes, novietas y turistas de alto poder adquisitivo que hoy ocuparán gran parte del aforo del estadio Millennium de Cardiff. El partido de esta tarde nos lleva a recordar a los que ya no están y quisiéramos que estuvieran para compartir el día de hoy, nos lleva a pensar en aquellos amigos o antiguos compañeros de trabajo que el tiempo ha desplazado de nuestro lado y con los que compartíamos colores. Sé que más de uno de ellos pensará dónde veré hoy el partido y cómo reaccionaré ante el resultado final, y al revés. Emoción pura, en definitiva.

Después de ganar las últimas cinco finales lo sensato sería perder, pero
estando el Madrid por medio cabe esperar lo más insensato. Pase lo que pase en la final, que vuelvan sanos y salvos todos los que han viajado a País de Gales, que impere la paz y que gane el mejor, es decir, el Madrid.