Portada 3

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viernes, 28 de febrero de 2014

Her, mi protagonista tiene amigos imaginarios


Advertido del argumento, uno acude a la sala de cine un poco extrañado, pero también esperanzado tratándose de Spike Jonze, ¿Cómo ser John Malkovich? es una de las películas más originales y sorprendentes que recuerdo. Por ser vos quien sois, dios del café encapsulado.

                                                           



La película versa sobre un próximo futuro en el que todos llevaremos una
suerte de pinganillo mediante el cual nos comunicamos con potentes ordenadores y sus sofisticados sistemas operativos. Así nos encontramos con Theodore Twombly (Joaquin Phoenix) que es un escritor de cartas ajenas, protagonista de esta historia. El universo que Jonz nos describe no nos es ajeno. ¿Quién no consulta Facebook, Twitter, Google +, el correo electrónico o las noticias nada más levantarse? O incluso en estas noches imposibles de conciliar el sueño y no queremos perturbar a nuestra pareja dormida, miramos el móvil obsesivamente como si no hubiera un mañana. ¿Acaso no nos encontramos por la calle a muchas personas que van hablando solas? ¿Acaso la gente hoy en día no cree enamorarse de una foto y de unos correos electrónicos?

Recuerdo haber visto en la televisión un relato de ¿Ray Bradbury? allá por los años 80 en el que las
personas llevan un localizador mediante el cual todas están disponibles 24 horas para cualquiera. En aquel entonces me pareció algo odioso, pero hoy en día... es una realidad.
Her me gusta por: la música de Arcade Fire, por la estética setentera renovada, me gusta por Joaquin Phoenix, por la voz rota de Samantha, me gusta por el vestuario, por la fotografía, me gusta porque es una chaladura de primera, me gusta porque en el fondo esta historia da miedo, no me gusta por el excesivo metraje ¿qué ha pasado con las pelis de 90 minutos? Me gusta porque te ríes, me gusta porque te pone triste, porque te sientes solo.

Curioso el mecanismo que nos hace
simpatizar con una máquina y nos hace ignorar a la persona que tenemos al lado. Que llegará el momento en que una máquina podrá tener sentimientos es algo que pocos dudan, que los humanos seguiremos siendo manipulables y pagafantas tampoco lo dudamos. Todo esto nos lo muestra Joaquín Phoenix, realmente soberbio.

                                                      

Her es una película bella, nos puede mostrar cuál será el camino en un futuro. Como he señalado, la ambientación es sobresaliente, la acción se desarrolla en una ciudad futurista tipo Blade Runner, de hecho este film es una clara influencia, lo que hace que todavía sea más recomendable. Hay algo del espíritu de Rick Deckard en Theodore Twombly, hay algo de Roy Batty en Samantha. Her, vayan a verla, merece la pena.




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